martes, 23 de abril de 2019

Filosofía en el Conti

Una Filosofía Intercultural: un desafío contemporáneo.


Por Alcira B. Bonilla

A comienzo de la década de 1990 numerosos filósofxs comenzaron a preguntarse por el destino de los estudios filosóficos, de raigambre europea y norteamericana, sobre todo, en el mundo globalizado. Como respuesta a esta inquietud, surgieron varias corrientes que plantearon la necesidad de ampliar los horizontes de la Filosofía, poniéndola en diálogo con producciones y modos de pensar diversos. En América Latina tales planteos se han ido consolidando en formas de pensamiento crítico situadas histórica y espacialmente, que objetan algunos estilos del ejercicio filosófico académico, el canon tradicional de estos estudios y el enfoque al uso de temas fundamentales, a la vez que se hacen cargo de los nuevos desafíos para el pensamiento y su desarrollo en la región.


El género, de la sexología a la filosofía feminista: ontología, epistemología y política".
Por Diana Maffía

El concepto de género surge en la década del `50 en el campo de la Sexología para diferenciar la genitalidad de las construcciones de feminidad y masculinidad. Es luego tomado por el Feminismo de los `70 como una categoría que permite dar sentido a la lucha contra la coerción social de los estereotipos de identidad y orientación sexual. Haciendo eje en la performatividad y no en la naturaleza fija de los cuerpos, el llamado “Feminismo de la Tercera Ola” hará contribuciones críticas profundas a las normativas del Derecho, la Ciencia y la Política. En particular, la epistemología feminista derivará en la legitimación de otros saberes, el descentramiento de los sujetos que producen conocimiento fiable, y consolidará las bases para avances en derechos humanos impensables una década atrás







"Filosofía e historia: pasado y futuro en el presente"

Por Claudia Mársico

El pensamiento filosófico toma su impulso del acervo previo que oficia como suelo. Esta experiencia usual en la práctica disciplinar, sin embargo, paradójicamente de modo especial en sus vertientes más historiográficas, convive con una cierta omisión de los aspectos de filosofía de la historia que subyacen a las lecturas que desde el presente ensayamos sobre el pasado en vistas de la filosofía por venir. Algunos casos señeros de diálogo interepocal ilustran la fertilidad de estas exploraciones en aras de una filosofía abierta a reflexionar sobre su memoria.


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